Las dimensiones fundamentales para la cualificación

21.11.2013 12:43

La Cualificación de la Organización Comunitaria

“Una apuesta por el desarrollo local”[1].

 

Las dimensiones fundamentales para la cualificación.

 

 

“Nosotros tenemos misión, visión, pero no nos acordamos cuál es”

 

 

Las organizaciones comunitarias de la Comuna 6 han tenido en los últimos años, una importante inversión en temas ligados a su fortalecimiento interno, la formación y capacitación en aspectos técnicos y metodológicos es reconocida por ellos y ellas mismos/as; estos procesos, llevados a cabo por diversos operadores, permiten avances y desarrollo en algunos líderes y lideresas, no obstante cabe la pregunta de, ¿Cuál ha sido el aporte fundamental que todos estos procesos han dado para la consolidación de los procesos comunitarios en la Comuna 6?.

 

Con esta pregunta y otras similares, el convenio para la cualificación de los procesos comunitarios de la Comuna 6 – Me Muevo Por la Seis[2]- diseña su propuesta metodológica y operativa, invitando a los actores a reconocerse desde tres niveles; Personal, Organizativo y Social, que aunque son niveles o dimensiones que están en relación permanente no son muy presentes en la cotidianidad del trabajo comunitario. A continuación se presentan algunas ideas en relación a cada nivel.

 

Lo personal: Mujeres y hombres, que tienen una historia, una personalidad, unos valores, una forma de ver la vida; son quienes constituyen las organizaciones, aunque esto parezca obvio, en muchas oportunidades, este elemento es olvidado a la hora de pensar las intervenciones con organizaciones comunitarias, a pesar de ser un factor determinante al cualificar cualquier proceso colectivo. De hecho en algunas reflexiones realizadas por los mismos/as actores, han reconocido que los factores “humanos” están al centro de las principales tensiones y conflictos en los relacionamientos entre ellos y sus organizaciones.

 

Existe una resistencia general en hombres y mujeres a dejar permear las reflexiones en torno a lo personal, siguen siendo considerados asuntos “blandos”, superficiales o de poco aporte al desarrollo organizacional.

 

Desde el convenio se considera que esta dimensión es fundamental para cualificar el ser y hacer de las organizaciones. Son las personas con sus cualidades y defectos, valores, principios y concepciones del mundo las que en últimas, conviven con otros y juntos deben pensar por el bien común, por consiguiente, cabe suponer que ese bien común será pensado desde lo que cada quien concibe que es bienestar o felicidad y si esas concepciones difieren, provocarán disputas que ineludiblemente afectarán las dinámicas sociales en el territorio.

 

Lo organizativo: Juntos, mujeres y hombres, han construido agrupaciones para aportar al desarrollo y bienestar de sus comunidades, se trata de organizaciones que se constituyen internamente con la finalidad de lograr los objetivos que se propusieron.  Cuando logran una estabilidad se definen las formas internas de funcionamiento, muchas veces establecidas por los marcos normativos que rigen la construcción de entidades privadas: estatutos, reglamentos, roles, funciones, planes de trabajo, planeaciones, etc., se vuelven necesarias y vitales para demostrar su existencia, pero estos requerimientos y procedimientos van desgastando los sentidos y razón de ser de las organizaciones.

 

En este proceso se evidencia de manera directa como para muchas organizaciones tener todo en “orden y regla”, termina siendo el fin en sí mismo, mediado fuertemente por la posibilidad de gestionar recursos económicos. En esa disputa por los pocos recursos disponibles lo colectivo se disuelve, la desconfianza, competitividad y los recelos, se instauran y comienzan a romper la frágil articulación entre las organizaciones.

 

La existencia y sentido de la Organización Comunitaria, es hoy una pregunta que está suscitando interés y preocupaciones por parte del Estado, la academia y los mismos  procesos organizativos, pensar las posibles respuestas, será un reto para las instancias que consideran determinante recuperar estos procesos y pensarlos de manera estratégica como aporte al desarrollo local y de ciudad.

 

La organización comunitaria de la Comuna 6, tiene retos que de ser aprovechados, pueden propiciar espacios para recuperar el sentido del trabajo de estas organizaciones y consolidar otros procesos de fortalecimiento y cualificación que trasciendan la formación técnica y que permitan recuperar algunas de las definiciones que entendían las organizaciones comunitarias como un medio de participación activa, organizada y consciente, para la planeación, evaluación y ejecución de programas de desarrollo de la comunidad.

 

Lo social: Esta dimensión pone a las organizaciones en relación a un territorio, es fundamental hacer notar que para muchas de las organizaciones con las que se ha trabajado, el conocimiento del Plan Estratégico Local es poco o nulo, a pesar de los esfuerzos realizados, todavía el sentido del desarrollo local está centrado en pocos líderes y lideresas, que han hecho parte histórica de su formulación. Si es el PDL el marco de referencias para la acción social en y desde el territorio, queda un reto grande para lograr mayor afinidad y coherencia entre la acción comunitaria y el desarrollo local.

 

Aunque todas las organizaciones se reconocen de la Comuna 6, el conocimiento y/o acercamiento a este territorio no es el esperado. Esto tiene explicaciones que van desde los efectos del conflicto armado a la falta de interés de algunos procesos por conocer y relacionarse con otros, este tema afecta la posibilidad de configurar dinámicas sociales de impacto comunal, además, la experiencia de una red que articulará dinámicas organizativas no ha sido del nivel que se esperaría para una comuna con la tradición de organización que tiene esta.

 

Tener en cuenta estas tres dimensiones y su interdependencia es un reto permanente en el ejercicio del presente convenio, no es fácil cambiar un estilo que se ha instalado en las formas de operar los proyectos y de cómo son concebidos y recibidos (por ejemplo: todo el ciclo que implica el Programa de PLyPP), de alguna manera ejecutores y destinatarios generaron un acuerdo tácito para hacer y mantener las cosas así.

 

La Cualificación – Autoreconocimiento reflexionado para la acción.

 

El sentido dado a este concepto desde el convenio remite a la idea de que los líderes y las lideresas tienen en este momento un acumulado de saberes, conocimiento, informaciones y prácticas que han venido recibiendo y ejecutando, es entonces valido preguntar cuál es el nivel de asimilación e incorporación, como personas y como organizaciones, de esos acumulados y saberes.

 

Es esto lo que entendemos por cualificación: dar la oportunidad de que todo eso que la gente tiene y sabe se haga consciente y se pueda desarrollar en la cotidianidad, hacer la reflexión del sentido de dichos procesos, ¿para qué nos ha servido recibir horas y horas de formación si al mirar hoy las organizaciones se reconocen en crisis?, una crisis que como dijo algún participante se ha vuelto permanente; entonces, dónde y cómo revitalizar ese fortalecimiento.

 

Se ve la cualificación como un ejercicio más profundo, más constante y más estratégico; es con esa premisa que se proponen técnicas y herramientas metodológicas que alimentan la reflexión, el diálogo y el análisis.

 

Se espera que con esta mirada se trascienda en las formas en que las organizaciones y sus líderes siguen viendo sus propias dinámicas y hagan un salto cualitativo que los vaya configurando como actores conscientes y críticos en pos de su desarrollo y bienestar.

 

El reto que anima este convenio es dejar instaladas algunas reflexiones generadas desde los mismos/as líderes y lideresas, que recuperen su capacidad de ser voz de ellos mismos, su seguridad y autoestima en relación a los saberes y prácticas que históricamente han desarrollado. Lo anterior implica desmontar prácticas y repensar las formas de hacer, pero lo que se ha propuesto, da cuenta de la posibilidad real de hacer las cosas diferente, con sentido y claridad, aprovechando las miradas externas para que ayuden en un sano diálogo, a construir y consolidar los procesos de trabajo endógeno de las organizaciones y su territorio.

 

La Cualificación de actores - Una apuesta por la Comuna

 

Para comenzar esta reflexión es muy valioso mostrar lo que en 2009-2010 habitantes, líderes y lideresas de la Comuna propusieron como su visión, entendiendo la visión como la apuesta a largo plazo a la cual deberían apuntar todos los esfuerzos que se realizaran.

 

“Hay un consenso en las mujeres y los hombres respecto a sus sueños de hacer de la Comuna Seis de Medellín un territorio reconocido y valorado por su aporte en el desarrollo humano de la ciudad y la región, y por hacer posible que las mujeres y los hombres que lo habitan vivan dignamente.

 

Lo anterior supone: la transformación por parte de sus dirigentes de lógicas e ideas tradicionales de entender y vivir la participación, la organización y la política, el mejoramiento en la convivencia familiar y vecinal partiendo de una comprensión diferente de los conflictos y de las maneras de solucionarlos, la generación de mayores opciones para acceder a empleos y salarios dignos mediante la consolidación de economías locales que se articulen a economías de ciudad, región y país, la cualificación del talento humano, el reconocimiento y valoración por la diversidad cultural y sexual, la construcción de identidades locales, la generación de un mayor sentido por lo público que permita la preservación del medio ambiente natural y artificial, y la promoción de la movilización social para exigir y reivindicar el pleno ejercicio de sus derechos”[3]

 

Se tiene pues un planteamiento que integra una mirada y concepción del desarrollo local, evidenciado en los diversos encuentros con líderes y lideresas, que siguen planteando que en la Comuna 6, esa apuesta todavía está por cumplirse, y aunque es sabido que la visión es una aspiración de largo plazo, es vital para el proceso colectivo y organizativo poder identificar dónde vamos, comparando el punto en que se originó con lo que hoy se vive cotidianamente sobre todo a nivel de las organizaciones. Este reto no es solo de unos cuantos, implica un compromiso más amplio como comunidad, como colectivo y como habitantes, identificar los factores que han limitado su alcance, qué asuntos de las mismas se tienen desarrollados y cuáles definitivamente no se mueven de lugar.

 

Equipo – Me Muevo por la Seis

Noviembre 2014.



[1] Este artículo se construye principalmente con las observaciones realizadas por el equipo de profesionales del convenio y en diálogo con algunos líderes y lideresas en el marco de las actividades llevadas a cabo en el mismo.

[2] Nombre dado a la estrategia comunicacional del convenio.

[3] Plan Estratégico de Desarrollo Comuna 6.

 

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